A las puertas de una tercera oleada de COVID-19, han surgido numerosos estudios y ensayos sobre el comportamiento de este coronavirus SARS CoV-2 en lo referente a su propagación y contagio. Se ha demostrado que los edificios pueden ser focos importantes de contagio del virus, debido a la gran cantidad de personas presentes en un espacio reducido y cerrado, por ello, la mayoría de los gobiernos han decretado que, en la medida de lo posible, se evite acudir a las oficinas y los empleados teletrabajen desde sus domicilios.
Estudiando las instalaciones, se puede adecuar su funcionamiento para que éstas actúen como una medida más de prevención contra el contagio, formando parte de la solución. Las instalaciones deben centrarse en que los virus que pudieran estar en gotas o partículas en suspensión no afecten a otros usuarios, transmitiéndoles la infección. Por lo tanto, las instalaciones pueden contribuir a reducir el riesgo de que una persona infectada, que podría ser asintomática, contagie a otros usuarios que estén en el mismo espacio, además de evitar propagar el coronavirus a otras zonas del edificio, reduciendo el riesgo.
Medidor CO2 homologado para interior:
Entre las recomendaciones, el control de la calidad del aire tiene un papel clave a la hora de minimizar la transmisión de los contagios en los edificios durante el proceso de desescalada.
Si el edificio en origen no dispone de sistemas de ventilación mecánica, es recomendable la apertura de ventanas. Aunque pueda generar cierta incomodidad por las corrientes de aire, o en épocas de frío, está demostrado que la renovación de aire por ventilación baja las tasas de contaminantes de las estancias. A pesar de que el control de la humedad hay más controversia, según los distintos estudios aportados, si la instalación se encuentra entre los rangos de entre 30 a 70 %, se consideran adecuados.
A pesar de que los edificios cuentan con sistemas de filtración y purificación del aire, se pueden establecer mecanismos de control para verificar que la cantidad de co2 en el aire es el aconsejable. Los medidores de CO2 homologados ofrecen información detallada de la cantidad de dióxido de carbono, estos incorporan un sistema de leds con códigos de colores que indican si es necesaria la ventilación en el interior de la instalación.