¿Qué es un control de acceso?
Entendemos como control de acceso aquellos sistemas que permiten o impiden el acceso generalmente de personas a bienes, servicios o espacios como sistema de seguridad. Los controles de acceso han ido evolucionando a lo largo del tiempo y la tecnología que actualmente puede encontrarse en el mercado es muy diversa.
¿Cuáles son los tipos de control de acceso?
Las soluciones de control de acceso se pueden clasificar en función de su tecnología, entre los más extendidos se encuentran los sistemas biométricos que utilizan rasgos intrínsecos de las personas como elemento identificativo. Por ejemplo, el reconocimiento facial, la huella dactilar o el iris. Por otro lado, existen tecnologías más tradicionales que también se utilizan como sistema para permitir o denegar el paso de personas como son los códigos y las tarjetas o tags RFID.
En el primer caso, es necesario asociar el sistema de control de acceso a un software que permite identificar a la persona que accede desde una base de datos interna, para lo que previamente es necesario el registro del usuario por parte del administrador. Sin embargo, en el caso de las tarjetas de proximidad o tags también pueden estar asociadas a determinados permisos, pero no asociarse a un perfil de usuario determinado si no a grupos concretos. Por ejemplo, grupo de mantenimiento, grupo de oficinas, grupo de limpieza, etc.
¿Cuáles son los componentes del control de acceso?
Los controles de acceso están formados por lo general por tres componentes básicos:
- El sistema de autenticación, que como hemos comentado puede tratarse de sistema biométrico (huella dactilar, reconocimiento facial...) o tradicional (código, tarjetas...)
- Un mecanismo que permite la autenticación, este en general está formado por una controladora asociada a un software de gestión que procesa la información recibida.
- Una solución de apertura, formado por una cerradura, un portón, etc que está asociado al sistema y recibe la orden de abrirse o no.
Seguridad en los accesos y las personas
Como podemos comprobar, los sistemas de control de accesos han evolucionado en función de las necesidades de sus usuarios y las características de cada instalación. A medida que las empresas han ido incrementado su número de empleados, los software de gestión han aumentado su capacidad, al igual que ocurre en gimnasios, centros empresariales, etc. La necesidad de una identificación rápida, fiable y que cumplía con la normativa de protección de datos de cada país ha sido el gran desafío para la industria.
Entre la tecnología con mejor acogida en los últimos años se encuentran los sistema de reconocimiento facial. Estos permiten identificar al usuario de manera sencilla, basta con aproximar la cara al lector y este buscará en su base de datos para facilitar/denegar el acceso a la persona. Su rápida expansión en espacios como oficinas, aeropuertos, etc se debe sobre todo a su alto grado de fiabilidad y la rapidez de lectura.
Pero si hay un factor que ha influido en el desarrollo de la tecnología aplicada a los sistemas de control de accesos, este ha sido la necesidad de mantener espacios seguros frente a la expansión del COVID-19. Para ello la industria y los desarrolladores se han adaptado para cubrir nuevas necesidades, por ejemplo en cuanto al control de la temperatura de las personas antes de acceder a un espacio o la confirmación de llevar mascarilla. Este es el modelo FACIAL CONTROL, que no solo identifica a la persona sino que comprueba su temperatura y verifica que accede con mascarilla (si así se ha configurado previamente).