La instalación de cámaras de videovigilancia en residencias y centros asistenciales es crucial para garantizar la seguridad y el bienestar de los residentes, así como para mejorar la calidad de atención.
Estos sistemas no solo ayudan a prevenir y detectar posibles abusos o maltratos, sino que también contribuyen a monitorear la actividad diaria, asegurando un entorno seguro y protegido.
Además, las cámaras pueden ser una herramienta efectiva para la gestión operativa, facilitando la supervisión remota del personal y optimizando los protocolos de respuesta ante emergencias. En un contexto donde el cuidado de los vulnerables es prioritario, la videovigilancia no solo proporciona seguridad física, sino también tranquilidad emocional tanto para residentes como para sus familias.