Los trabajadores aislados o trabajadores en solitario son aquellos que ejercen su actividad sin la compañía de otro compañero o que se encuentran en una situación de peligro. Cualquier tipo de accidente o percance que ocurra en lugares aislados no tendrán la asistencia de otra persona.
Para estas situaciones, desempeñar trabajos en lugares aislados donde los trabajadores no puedan establecer llamada de socorro, o contacto visual ni auditivo con otras personas y que además no disponga de medios tecnológicos cómo teléfono fijo o móvil, cámaras, micrófonos, dispositivos de alarma, etc. contar con las medidas de seguridad adecuadas para salvaguardar la seguridad de este tipo de puestos de trabajo es de vital importancia. Por ello, contar con un dispositivo hombre muerto o botón SOS es de vital importancia para aquellas actividades que requieren situaciones de trabajo en aislamiento, trabajos aislados, bien por cuestiones de horario (trabajo a turnos, fines de semana, urgencias, etc.), o bien por cuestiones de organización (manejo de datos confidenciales, teletrabajo, vigilancia de procesos industriales, seguridad de empresas, trabajos agrícolas y forestales, etc.)
Riesgos generales de los trabajador aislado
Los peligros a los que se someten los trabajadores en solitario, pueden clasificarse en riesgos de seguridad y riesgos psicosocial:
Riesgos de seguridad:
-Riesgo de accidente que pueden originarse por errores o incertidumbres del trabajador que está aislado. Este tipo de accidentes son los más comunes, puesto que el trabajador no puede comparar sus acciones con otros empleados ni consultar en caso de duda.
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Imposibilidad de pedir ayuda en caso de accidente o percance. En función de la gravedad. Otra situación es aquella que puede originarse por una alteración súbita del estado de salud, dónde también se hace necesaria una actuación inmediata que, a menudo, no está garantizada. Esta falta de asistencia inmediata en los puestos donde una persona trabaja sola, puede agravar considerablemente las consecuencias derivadas de un accidente o de una situación crítica.
Del mismo modo, la soledad y la incomunicación también influyen en la aparición de riesgos psicosociales que pueden traducirse en problemas de estrés, angustia, fatiga psíquica, etc. Muchas actividades actuales requieren puestos de trabajo en situación de aislamiento, por razones horarias (trabajo a turnos, fines de semana, urgencias, etc.), o bien por cuestiones de organización (manejo de datos confidenciales, teletrabajo, vigilancia de procesos industriales, seguridad de empresas, trabajos agrícolas y forestales, etc.)
Riesgo psicosocial:
- A nivel cognitivo: La falta de formación, conocimientos sobre los procedimientos o experiencia sobre el puesto, pueden llevar a la toma de decisiones de manera aleatoria o poco fundamentada. Para el empleado es difícil no tener una reacción inadecuada en caso de una situación imprevista, lo que lleva al error.
La fatiga es un síntoma que puede llevar a la apatía, el desasosiego, la falta de concentración, etc y es muy común entre los trabajadores que se encuentran en situación de aislamiento.
Medidas adaptadas para trabajadores aislados
• En primer lugar hay que valorar si es estrictamente necesario que el trabajo a realizar se lleve a cabo en solitario, siempre es preferible que se pueda estar acompañado de otro empleado.
• Hay que controlar el nivel de ruido en el lugar de trabajo, el aislamiento sonoro o acústico no permite escuchar al empleado las advertencias de peligro que un compañero pueda hacerle, o bien sonidos que alerten de una situación anormal. La misma situación se puede trasladar a las dificultades de visibilidad o deslumbramiento.
• El almacenamiento de objetos, sean o no pesados, debe ser controlado y dispuesto de tal manera que no haya riesgo de caída de los mismos. Así como los trabajadores que utilicen maquinaria será obligatorio tener los sistemas de seguridad activos y revisados.
• Contar con sistemas de seguridad adaptados que permitan al trabajador que trabaja en situación de aislamiento hacer una llamada de emergencia o alertar de algún modo de peligro.
Estos sistemas, conocidos como ‘Botón SOS’ o ‘Dispositivo de hombre muerto’, se adaptan en función del tipo de trabajo o condiciones en las que se desarrolla la actividad. Por ejemplo, algunos modelos permiten portar el dispositivo en una tarjeta o colgado del cuello para mayor comodidad o seguridad del empleado.
La diferencia entre los dispositivos de SOS convencionales y los diseñados para trabajadores aislados, es que estos últimos detectan la verticalidad del trabajador, es decir, si este pierde el equilibrio o se desmaya, el botón emitirá una llamada de emergencia a los números seleccionados previamente.