En España tan sólo cuatro Comunidades Autónomas (País Vasco, Cataluña, Andalucía y, desde octubre de 2015, Canarias) regulan el uso del desfibrilador externo semiautomático (DESA) por personal no sanitario, algo que resulta de vital importancia para salvar vidas.
Si una persona se desvanece por parada cardiorespiratoria y se le aplica el desfibrilador presente en el lugar, ésta persona puede ser penalizado por su uso si no demuestra que es personal sanitario o que ha recibido la formación adecuada para ello, a pesar de que haya salvado una vida en un caso de urgencia.
Ignacio Fernandez Lozano, vicesecretario de la Sociedad Española de Cardiología y presidente del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar, se muestra asombrado ante la falta de legislación y apunta a que el uso de desfibriladores es sencillo y de gran importancia. "La probabilidad de sobrevivir a una parada cardiaca en la calle en España es del 5%. Como cada año se producen unas 30.000, eso quiere decir que se salvan 1.500", apunta Fernandez Lozano.
En otros países la tasa es superior debido a la implantación de desfibriladores en lugares con gran afluencia de personas y lugares públicos. "El 30% en Ámsterdam, y el 60% en los colegios mayores de EE UU, donde todos, alumnos y profesores, han sido entrenados", añade. Los datos demuestran que en España tan sólo hay 1,7 desfibriladores por cada 100.000 habitantes; en Japón 47y en Francia 15,7.
Fernandez Lozano insiste en que el uso del desfibrilador es muy intuitivo y por ello se deberían modificar las leyes para que pueda ser utilizado por cualquier persona. Además gracias a los avances tecnológicos, hay desfibriladores cono el DOC de B-Safe, que aúna telecontrol para asegurar el perfecto estado del mismo, tele-asistencia con personal especializado que proporciona al usuario información de cómo actuar y geolocalización que da coordenadas GPS para activar el servicio de emergencias 112, y todo ello las 24 horas del día.
Por último, Fernandez Lozano anima a la gente a usar el desfibrilador en caso de emergencia cardíaca, "nunca dejaríamos que condenaran a alguien por eso. Nos echaríamos encima".