Cuando hablamos de biometría nos referimos a un concepto técnico que hace referencia a los rasgos físicos o de comportamiento de las personas. La biometría está aplicada principalmente al campo de la seguridad, además de hacer de los wireless sistemas más prácticos e inteligentes.
Los aparatos que incorporan sistemas de biometría permiten verificar la identidad de los usuarios, el uso más común de este tipo de sistemas se encuentra en nuestros teléfonos móviles con la verificación mediante huella digital o el reconocimiento facial para desbloquear el dispositivo. Este tipo de uso ha hecho que nos familiaricemos con la tecnología biométrica y confiemos en ella en nuestro día a día.
La seguridad en la biometría
Como hemos comentado, la biometría toma rasgos intrínsecos en la identidad de cada persona para reconocerla, lo que le hace uno de los sistemas más seguros. En el caso de la huella dactilar, el reconocimiento biométrico consiste en la toma de minucias, una especie de coordenadas de la huella que reconstruidas crean un patrón identificable e intransferible.
Este sistema de reconocimiento biométrico es imposible de duplicar, suplantar u olvidar, por lo que resulta de gran utilidad para el usuario al no tener que estar pendiente de contraseñas, tags o tarjetas a la hora de acceder a determinados espacios o material sensible.
Con la llegada de la pandemia se detectó que una de las principales vías de contagio podría ser el contacto con superficies a través de las manos. Desde el Ministerio de Sanidad se pidió máxima precaución y que se minimizaran los contactos con superficies comunes como pomos, mesas compartidas, ordenadores, etc. De nuevo la tecnología se puso al servicio de las necesidades de las personas y ofreció soluciones para que los espacios de trabajo y comunes fueran más seguros.
¿Cómo evitar el contacto sin perder el nivel de seguridad?
La biometría mediante reconocimiento facial se presentó como la alternativa perfecta a los tradicionales sistemas de código o contacto. Su aceptación por parte de los usuarios era de bienvenida, ya que gracias a los smartphones estaban familiarizados con este tipo de tecnología y generaba la confianza necesaria.
Biometría por reconocimiento facial
Todos los sistemas que funcionan a través de reconocimiento facial utilizan una cámara para poder obtener las imágenes y registrar el patrón biométrico de la persona que tendrá que identificar.
La identificación a través del rostro utiliza patrones extraídos mediante fórmula matemática únicos de la persona que convierten este sistema en uno de los más seguros y eficaces. Por ejemplo, los sistemas de control de acceso mediante tecnología facial, buscan una serie de parámetros en el propio rostro que previamente ha registrado y las compara.
La diferencia entre uno sistema u otro está sobre todo en la rapidez de identificación del sujeto y la capacidad de reconocerlo. El proceso de identificación por reconocimiento facial se compone de dos fases:
- Una primera fase de registro de las coordenadas del rostro, esta información se almacenará en el propio sistema y servirá para reconocer al sujeto más adelante.
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- Una segunda fase de identificación, donde el usuario es captado por la cámara, el sistema de reconocimiento facial actúa y extrae el patrón que coincide con el almacenado en el sistema.
La tecnología por reconocimiento facial se puede aplicar a muchos ámbitos:
- Control de accesos
- Sistemas de fichaje
- Acciones en smartphones (desbloqueo)
- Verificación de identidad para permisos (bancos, firmas digitales, etc)