La evidencia de la transmisión por aerosoles
● La capacidad de transmisión del COVID-19 es muy elevada. El 10-20% de los infectados causan el 80% de las infecciones secundarias, lo que lleva a una gran dispersión. La explicación más plausible es la contribución importante de los aerosoles, en contra de otras causas como las gotículas.
● El riesgo de infección en el ambiente interior es unas 20 veces mayor que al aire libre. La velocidad típica del viento en exteriores es de 0,2 a 5 m/s, mientras que en aire interior es mucho más reducida, 0,05-0,15 m/s. La mayor velocidad del aire en el exterior crea una dispersión mayor de los aerosoles emitidos. En interiores la dispersión está limitada por el techo y eventualmente ese aire vuelve a bajar y se mezcla con el aire del local.
● No es posible explicar las grandes diferencias de contagios entre ambientes interiores y al aire libre, si la transmisión estuviera dominada por gotículas. Por cada gotícula que se emite al hablar, se emiten unos 1000 aerosoles. La gotícula tiene una sola oportunidad en su trayectoria para impactar sobre unos objetivos muy pequeños (ojos, interior de las fosas nasales, o boca). Los aerosoles flotan como el humo y tienen muchas oportunidades de ser inhalados
Relación entre el CO2 y el aire que respiramos
El aire que respiramos en exteriores, el de la calle, contiene 412 partículas por millón de CO2 de media. Si vemos esa cifra en un medidor, el aire no ha sido respirado por nadie.
La cantidad de CO2, como sabemos por los estudios de cambio climático, ha aumentado en los últimos años hasta sobrepasar las 400 partes por millón de moléculas de aire. Es lo que nos encontramos al caminar por el campo. Sin embargo, en interiores el peligro aumenta. Si en una habitación hay 800 partes por millón (PPM) esto quiere decir que el 1% del aire que respiramos lo estamos respirando por segunda vez.
Ventilación natural y ventilación mecánica
La ventilación natural es aquella que se consigue normalmente abriendo puertas y ventanas, aprovechando las diferencias de presión, bien por temperatura, bien por acción del viento. Puede ser eficaz pero depende de las condiciones meteorológicas del exterior, del diseño del edificio y de la ocupación y las actividades realizadas por las personas. Lo más efectivo es una ventilación natural cruzada, esto es, con la apertura de dos aberturas en paredes opuestas.
La ventilación mecánica, controla las entradas y las salidas de aire, por lo que no se ve tan influenciada por la meteorología exterior y permite controlar la cantidad de aire introducido, aunque requieren de instalación y mantenimiento. Incluso en el caso de que exista ventilación mecánica, se recomienda realizar regularmente una ventilación natural, y conseguir una buena ventilación combinada, aunque esto implica una pérdida de la eficiencia energética. Para minimizar estas pérdidas, soluciones como los purificadores de aire permiten mantener una calidad de aire óptima sin necesidad de la ventilación tradicional.
No se recomienda la recirculación dentro de un mismo espacio, puesto que esto no reducirá la concentración de aerosoles que podrían contener el virus y no se garantizará su dilución.
Ilustración de cómo se produjo un brote en un restaurante de Guangzhou (China) debido a una mala ventilación del aire en su interior. A partir de un 'contagiador índice' hubieron 5 contagios a su alrededor. Gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad se pudo comprobar que no hubo contacto entre ellos y se mantuvieron en todo momento las distancias.
¿Cómo medir la necesidad de ventilación de un edificio?
En 2007 se modificó el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE), este obligaba a aumentar el aire del exterior y mejorar su sistema de filtración. Se dieron a conocer lo que se catalogó como 'edificios enfermos', cuyos síntomas se manifiestan en que más de un 20% de las personas que trabajan en ellos tenían quejas acerca del confort, la salud…. Por lo tanto, algunos edificios de oficinas con más de 13 años no tienen ningún sistema de ventilación o cuentan con uno cuyo nivel de filtración es inferior al que exige la normativa actual.
Este es un aspecto preocupante, ya que en tiempos de pandemia mueven caudales de aire menores, de ahí que sea necesario ventilar también mediante ventanas para los edificios más antiguos e implementar sistemas de filtrado del aire, como pueden ser los purificadores de aire mediante tecnología OH, un potente "limpiador" de la atmósfera.
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