Con la llegada del otoño son muchos los que buscamos un lugar indoor para seguir con los entrenamientos y nuestra actividad deportiva. Una de las tendencias en alza en nuestro país es la atención hacia un estilo de vida más saludable, según un estudio de Life Fitness en nuestro país hay más de cinco millones de socios abonados a diferentes centros deportivos en el 2017, de los que el 59% son mujeres, grupo en el que ha aumentado el rango de edad sobre todo entre la franja de 45 a 54 años.
Los gimnasios y centros deportivos son lugares que se asocian a salud y por ello deberían de contar con las máximas medidas de prevención y seguridad hacía sus usuarios. Por ello, la instalación de desfibriladores se ha convertido en un valor añadido y en el caso de algunas comunidades autónomas de obligatorio cumplimiento. Según el Congreso Europeo de Cardiología la instalación de este tipo de dispositivos podría evitar el 40% de las muertes súbitas que sufre los deportistas. Según normativas como el Decreto 22/2012 de la comunidad de Andalucia, los centros o complejos deportivos con usuarios diarios igual o superior a 500 personas en todos sus espacios disponibles, los desfibriladores son de obligada instalación, la misma regulación está vigente en zonas como Andalucía, Asturias, Madrid y Cataluña.
Desde B+Safe, empresa especializada en la aplicación de tecnologías innovadoras en seguridad corporativa a nivel de accesos, seguridad y propietaria de la solución DOC (Desfibrilador Operacional Conectado), el desarrollo de la cardioprotección es clave para salvar vidas. Un desfibrilador sirve para recuperar a la persona tras una parada cardiorrespiratoria a través de una descarga eléctrica, en este caso se trata de un desfibrilador semiautomático externo (DESA) cuyo uso está alcance de cualquier persona gracias a su fácil manejo.
Espacios cardioprotegidos ‘conectados’
La solución de cardioprotección DOC de B+Safe incluye en el propio desfibrilador un módulo conectado las 24 horas, que además de garantizar su óptimo funcionamiento a través de telecontrol, ofrece un sistema de tele-asistencia al usuario que da las primeras pautas de actuación, activa el protocolo de emergencias, llama de forma preferente al 112 y envía las coordenadas del desfibrilador para agilizar la llegada de los servicios de emergencia.
“En España está aumentando el interés de las Administraciones Públicas por impulsar la creación de zonas cardioprotegidas, en especial en lugares que registran gran tránsito de personas. Sin embargo, aún estamos a gran distancia de países europeos, donde la presencia de desfibriladores es ocho veces superior”, asegura Nuño Azcona, Director General de B+Safe.
Los profesionales y expertos abogan por una máxima protección, especialmente en espacios públicos que concentren grandes multitudes, o aquellos en los que se realizan esfuerzos físicos como son los gimnasios o centros deportivos.