Aragón está impulsando en todo su territorio proyectos y normativas en favor de la cardioprotección, como la Ley de la Actividad Física y del Deporte aprobada el pasado mes de diciembre, con la que se obliga a disponer de desfibriladores externos semiautomáticos en los centros escolares y en las instalaciones deportivas con 300 o más usuarios diarios.
Aragón continúa su proceso de implantación de desfibriladores atendiendo a una extensa normativa destinada a conseguir reducir en su territorio las muertes por paro cardiaco. Este mes de febrero se ha aprobado por decreto la instalación obligatoria de desfibriladores en poblaciones de más de 50.000 habitantes, estaciones de metro con afluencia diaria de igual o superior a 5.000 personas, Instalaciones, centros o complejos deportivos con usuarios diarios igual o superior a 500 personas, establecimientos públicos con aforo igual o superior a 5.000 personas.
Gracias a estás acciones la comunidad autónoma a aumentado en el último año el número de desfibriladores en un 67,9%. En Aragón según B+Safe, empresa especializada en cardioprotección en la Comunidad Autónoma en cardioprotección desde 2017 el número de desfibriladores en estos espacios “no sanitarios” ha crecido exponencialmente, pasando de los 290 desfibriladores registrados ese año a los 487 instalados en la actualidad. B+Safe ha sido uno de los grandes impulsores de la cultura de la cardioprotección en España, informando, formando y sensibilizando sobre la importancia de disponer de desfibriladores en los espacios públicos no sanitarios. La compañía tiene una importante presencia en esta comunidad autónoma y es referente de grandes proyectos. Una actividad que le ha posicionado como el principal operador de la región y el que ofrece el mayor valor añadido y la tecnología más avanzada.
“El objetivo de B+SAFE –explica Nuño Azcona, es conseguir que no exista ningún lugar público o representativo en Aragón sin cardioprotección de última generación y que llegue al menos a las cifras registradas en el resto de España. Estamos presentes con equipos DOC -desfibrilador Operacional Conectado- en muchos Ayuntamientos, empresas públicas y privadas, centros comerciales, colegios, museos, fábricas, oficinas, concesionarios, estaciones, empresas de transporte de pasajeros e, incluso, en los propios autocares. Y es una necesidad ya que ante una parada cardíaca, por cada minuto que pasa disminuyen en un 10% las posibilidades de supervivencia. Practicar el masaje cardiaco (RCP) de inmediato junto a la aplicación del desfibrilador, puede salvar la vida de una persona.”
Espacios cardioprotegidos ‘conectados’
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población, ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos. Estas zonas cuentan con, según la superficie y la afluencia de público, al menos uno o varios desfibriladores, con un adecuado servicio de mantenimiento y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia. De este modo, es importante que en las Comunidades Autónomas informen a las autoridades competentes de un registro para conseguir llevar un mapa o listado de los puntos de cardioprotección en cada una de esas zonas. Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es en los primeros 5 minutos. Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados Cadena de Supervivencia: 1. Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia. 2. Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP). 3. Desfibrilación temprana. 4. Llegada de la ambulancia y cuidados post-resucitación.