La instalación de un desfibrilador (DESA) en una empresa es obligatorio dependiendo de la normativa de cada comunidad autónoma. En términos generales, en aquellos centros de trabajo donde el número de empleados es superior a 100 personas la instalación de un DESA es de obligatorio cumplimiento.
El TSJ ha sentenciado en diversas ocasiones las paradas cardiorespiratorias sufridas por trabajadores como accidente laboral, a pesar de que la actividad que llevaban a cabo en ese momento no comportaba un esfuerzo físico para el empleado, sí que se produjeron durante la jornada laboral.
¿Qué empresas están obligadas a instalar un desfibrilador?
En comunidades como Navarra, Extremadura, Aragón o la Comunidad de Madrid la instalación de un desfibrilador en lugares de trabajo es obligatorio, pero con tramos muy diferentes. Mientras Navarra obliga a las empresa con más de 700 empleados, Extremadura o la Comunidad de Madrid fijaron 250 trabajadores en total.
Sin embargo, la cardioprotección de los espacios de trabajo sigue siendo una asignatura pendiente para gran parte de las comunidades, puesto que otras como País Vasco, Andalucía o Asturias ni siquiera contemplan estos espacios como obligatorios.
¿Qué tipo de trabajador tiene más riesgo de sufrir un paro cardíaco?
En términos generales, existen algunas actividades que favorecen la aparición de accidentes cardiovascuales. Por ejemplo, aquellas que suponen un esfuerzo físico persistente o los puestos que se desarrollan en turnos de noche, lo que favorece la aparición de estrés, cansancio acumulado, insomnio, etc.
Los trabajadores que están en ambientes cargados, con humo o partículas en suspensión, también tienen una mayor posibilidad de sufrir una parada cardíaca al acumularse estas sustancias en las vías respiratorias durante largos periodos de tiempo.
Emergencias cardiovasculares en los centros de trabajo
Las fábricas, obras de construcción, oficinas, supermercados y negocios que cuentan con un alto número de trabajadores y afluencia de clientes deberían tomar consciencia de la importancia de estos aparatos, que son decisivos para recuperarse de una parada cardiorrespiratoria y por tanto sobrevivir al accidente. No importa si la normativa lo exige o no, ya que suponen la diferencia entre la vida y la muerte.